Pediluvio Iónico

Toxinas expulsadas a través de los pies



La electrólisis ayuda a remover impurezas a través de los poros de la piel en las extremidades inferiores y genera sensación de bienestar

Una de las terapias desintoxicantes que más se ha popularizado recientemente es la del baño de pies iónico, que consiste un recipiente lleno de agua ionizada que atrae por ósmosis las toxinas por el aparato circulatorio de los pies en el transcurso de 30 minutos, durante los cuales circulan unos 150 litros de sangre en la zona tratada.

No se trata de un aparato médico, sino terapéutico, que ayuda a conseguir bienestar. La nutricionista Granya González, quien dirige el centro de estética Cristal, explicó que se trata de un complemento de otras terapias y lo importante son los resultados que manifiestan las personas que se han expuesto a este proceso, que en general son relajación, sensación de alivio y sueño profundo.

Este aparato se ha popularizado tanto últimamente que ya se deja ver hasta en peluquerías. “Hay que tener cuidado con eso, porque tiene sus precauciones, no se puede dejar en manos de cualquiera”, señala la especialista. “Hay casos en que la persona tratada se puede hasta marear o desmayar y por eso es importante que esté cerca alguien que tenga conocimientos de enfermería para poderle asistir adecuadamente, además es muy importante la higiene en el área donde se realiza el procedimiento”.

“Este método es muy usado por personas que padecen cáncer y se están haciendo quimioterapia, personas de edad avanzada y actualmente se está haciendo la terapia un hombre que se intoxicó con mercurio en su puesto de trabajo, por eso es importante abordar el tema con seriedad” dice González.

La especialista explica que este proceso produce una bio-estimulación que restaura la energía y el equilibrio, alivia la tensión en ciertas áreas y reestablece las energías que antes estaban bloqueadas. Esto ayuda a los órganos del cuerpo a funcionar correctamente. “Con un solo baño de una duración de media hora ya se produce un incremento en la capacidad de nuestros glóbulos rojos para captar oxígeno y reducir la toxicidad producida por los metales pesados contenidos en los tintes para el cabello, maquillaje, protectores solares, inclusive en el agua que tomamos. Estas sustancias se adhieren en forma de iones a nuestras articulaciones, órganos, arterias, nervios y tejidos, tapando conductos y dificultando la capacidad de oxigenación de nuestras células. Lo ideal es hacerse un baño cada 48 horas, hasta que el agua se torne transparente, señal de que el organismo esta libre de esos iones que alteran y producen fallas su sistema inmunológico”, asegura la especialista.

Falta de hidrógeno
González explica que de acuerdo a la cantidad de hidrógeno que acumulamos en nuestros tejidos, nuestra salud puede ser excelente, mediocre, deficiente o mala. Con el envejecimiento se reducen las reservas de hidrógeno en el cuerpo, por lo que este se hace más vulnerable a intoxicarse con los químicos presentes en el ambiente. “Las personas que se alimentan bien, que comen gran cantidad de vegetales verdes, frutas, cereales y granos, son menos propensas a sufrir una “deshidrogenización”; pero el ritmo que nos impone la vida moderna no nos permite en la mayoría de las ocasiones comer natural y balanceadamente”, dice.

“En los últimos años hemos oído hablar que los radicales libres son los causantes del envejecimiento y de una buena parte de enfermedades degenerativas y crónicas. Estos no son más que compuestos tóxicos, erráticos y oxidados que han perdido el electrón cargado de hidrógeno, convirtiéndose en un imán para los demás electrones sanos, lo que resulta muy perjudicial para el proceso de regeneración de las células, en el que ayudan los antioxidantes como la Vitamina C, el betacaroteno, la spirulina, el selenio, etc, que encontramos en los buenos alimentos y en forma de complejos vitamínicos”, explica la nutricionista.

“El hidrógeno está presente en todos esos antioxidantes y en una mayor cantidad en el agua de sales en movimiento del desintoxicador iónico. Por estar levemente electrificada, resulta un poderoso. El baño desintoxicante iónico funciona como un balanceador del PH y como un catalizador que promueve la regeneración de las células”, agrega.

El cambio de color en el agua
El proceso comienza cuando se introducen los pies en un recipiente con solución salina y el dispositivo emite una corriente de 2.5 amperios, que genera un aumentado flujo de electrones, el cual es inocuo. Esto crea un intercambio de iones que promueve el balance de las células, haciendo que liberen cualquier sustancia tóxica que hayan almacenado.

30 minutos después el agua se torna oscura a medida que las toxinas son liberadas a través de los miles de poros ubicados en las extremidades inferiores. Lo que más impresiona en esta terapia es el color que adquiere el agua cuando se introducen los pies durante treinta minutos.

El aparato contiene un elemento que denominado "array" con dos electrodos. Cambia periódicamente de polaridad y se aprovecha de la conductividad del agua, enriquecida con sales para producir la electrólisis. El paso de los electrones a través del agua produce una ionización en las partículas que tienen capacidad para disociarse, por lo que las partículas cargadas positivamente se moverán hacia el cátodo y las cargadas negativamente hacia el ánodo.

El color final no es generado exclusivamente por las toxinas de la persona. El agua que se utiliza en el baño de pies tiene sus propias impurezas, al igual que las sales añadidas, así como los electrodos que son metálicos también sufren una corrosión, liberando óxido de hierro. Además de ello la piel de cada quien tiene su acidez o alcalinidad, restos de jabón, cremas, pinturas de uñas, bacterias, hongos y fibras. Por su parte las glándulas sebáceas liberan sustancias y la piel descama células muertas. Las condiciones de la epidermis, la dermis, el tejido celular subcutáneo y la microcirculación capilar también influyen en este proceso, que inclusive se puede ver alterado por las variaciones de temperatura del agua.

Como hay tantos elementos involucrados y no se tienen análisis a la mano de los contenidos del agua final del pediluvio iónico, no hay manera de demostrar que los colores que adquiere el agua sean indicativos de áreas específicas del cuerpo que estén funcionando mal. “Por eso lo importante de este tratamiento no es el color que toma el agua al final del baño, sino los beneficios que éste aporta a la persona y las mejoras en su calidad de vida. Si se sigue un tratamiento de unas cuatro sesiones, la energía va a aumentar, generando finalmente una sensación de rejuvenecimiento”, concluye la especialista.


Toxinas fáciles de encontrar
  • El cuerpo humano se contamina e intoxica por causas externas e internas.
  • Las causas externas más comunes son el aire de nuestras ciudades contaminadas, el cigarrillo, vapores tóxicos, el aire que circula en edificios “enfermos”; drogas y medicinas alopáticas, inyecciones, vacunas, tatuajes y las amalgamas dentales; los tintes para el cabello y demás productos comerciales belleza y cosmetología; la pintura para edificaciones, los plásticos, los pesticidas, radiaciones, etc.
  • Las causas internas son la fermentación y putrefacción de los alimentos que ingerimos y que nos indigestan, la malnutrición, la deshidratación, pensamientos y sentimientos negativos. El sistema nervioso, el sistema inmunológico y el sistema enzimático, pueden verse seriamente afectados por todo ello.
  • Hasta el agua que tomamos esta cargada de tóxicos y metales suspendidos.